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18 de Octubre 2004

Odiar a Bill

Odiar a Bill Gates es, hoy por hoy, tan natural como el respirar. Uno Se levanta, desayuna, compra el periódico, mira con lujuria a la pasajera más apetecible del autobús y odia a Bill Gates. Entre el usuario medio de informática, cagarse en los muertos de Gates es una costumbre habitual y ya casi automática. Si se te cuelga el ordenador, si el messenger te da problemas, si la bola del ratón se te atasca (lo juro, lo he visto). Y si nos ponemos a hablar de los precios de programas, licencias o practicas de mercado, el odio se torna furibundo aborrecimiento. Hubo una época en la que el Netscape no era un navegador, sino una declaración vital, y Sun y Cisco no eran empresas tan depredadoras como Microsoft, sino paradigmas de la libertad y la tecnología al servicio de la humanidad.

Si en Google introducimos “Bill Gate is evil” encontramos 2330 resultados. “Hate Bill Gates” 2100. De “Kill Bill Gates”, 1980 entradas. Es, por tanto, un sentimiento muy extendido.

No es un reproche, ya que yo mismo he participado y celebrado en la gregaria quema publica del infortunado William. No es que le responsabilice de mis problemas informáticos, pues siempre he tenido muy claro que con encenderlo y acceder a media docenita de gigas de porno, mis habilidades en este campo llegaban a su tope. Es simplemente un comentario previo, una admisión.

Leo el Viernes que una investigación dirigida por un español en Mozambique esta cerca de lograr una vacuna contra la Malaria (tema, que como bien sabéis me incumbe). Dicha enfermedad es la primera causa de mortalidad infantil en el mundo y su incidencia es tal que muchos economistas relacionan el nivel de contagio con el de desarrollo económico de los países tropicales. Las implicaciones de una vacuna así no creo que se os escapen.

Leo quien ha participado en este avance. Una universidad española ha puesto medios humanos, un laboratorio ingles ha puesto los medios técnicos... ¿y el dinero? El dinero lo ha puesto Bill Gates.

“Una minucia, seguro, una gota de su océano, que seguro le sirve para desgravar”

No. Una verdadera pasta. De la que le sobra, seguro, pero una de esas pastas tan gansas que mueven montañas. De las que desequilibran presupuestos nacionales. Y dedicada además a un proyecto español en Mozambique, con lo que las posibilidades publicitarias del asunto no me cuadran ni a mí ni a nadie. ¿Podría ser? ¿Es el malvado Bill un... filántropo?

Hace unos meses, quizás un año, leí en alguna parte que El Señor Gates y su santa habían donado la mitad de su fortuna para, mayormente, combatir el SIDA. Ignoro si este affaire mozambiqueño va dentro de esa partida monetaria o es un extra, pero sea como sea, hace desear que el amigo Gates fagocite dos o doscientas empresas más, monopolice hasta la venta de calcetines de lana y, si quiere, que sacrifique un par de vírgenes a Belcebú. Lo que sea porque este señor tenga dinero de sobra, si lo que sobra se emplea así. A esto se le puede llamar “Síndrome del Doctor Muerte">”

Y es que suena a novedoso, cuando antes era más normal. Lo de “devolver a la sociedad parte de lo que me ha dado” se ha convertido en un tópico solo invocado cuando uno va a donar un pastón a un partido político para que le allane el camino hacia pastones más jugosos aún si cabe. Y no es caridad, que esta tiene como único objetivo apagar el sentimiento de culpa que todo buen judeocristiano sufre por seguir respirando y no suele tener más horizonte que el de alimentar a pocas o muchas almas un par de días más. Sospecho que tiene que ver con la percepción del dinero como algo de lo que solo se puede desear una cierta cantidad ¿Cambia mucho tu estilo de vida si de tener, pongamos, dos mil millones de dólares pasas a tener solo mil? Y no hablo de justicia, pero ¿es licito acumular cuando hay una necesidad común que paliar? Si en época de hambruna alguien acumula víveres, lo mejor que puede esperar es ser linchado por la multitud hambrienta, que percibe de manera instintiva lo perverso de la especulación cuando de lo común se trata. Y no os engañéis, los hijos de los mozambiqueños son hijos nuestros también, en tanto somos sociedad.

¿Me preocupa más la libertad de empresa y la libre competencia que el destino de la infancia tropical? Pues mira, no. No porque esa pretendida libertad solo se esgrime para justificar abusos a quien no se puede defender, mayormente el trabajador, categoría a la que me adscribo aunque sea en lo sentimental. Porque no reporta un beneficio al común de sujetos que conforman la sociedad, sino solo a unos individuos. Y no me entendáis mal; ojalá el Señor Gates no tuviese en que gastarse esa fortuna porque los estados se hubiesen atrevido a hacer frente a estos gastos hace tiempo.

Pero en ausencia de dicha voluntad, fundamentalmente porque no queremos renunciar al dinero del café colectivo de media mañana, satisface saber que los Señores Gates criaron al malvado William con un punto de ética de vieja escuela, para que poco a poco avancemos, si bien no al ritmo que debiéramos.

Y no, aun así no voy a pagar por el Windows.

El Hombre Malo pisoteó nuestros corazones en 18 de Octubre 2004 a las 11:58 AM
Comments

¿El estudio no valía algo así como un millón de dólares?... y que no te quepa la menor duda de que el señor Gates sólo lo hace por desgravar, ladinamente calculado, para de paso lavar su maltrecha imagen...

En mi opinión, te equivocas si piensas que el alumbramiento de la vacuna, como esperanza para los niños africanos le importa, poco o mucho a Bill Gates. Humanamente lo hará, no creo que sea un malnacido sin alma.
¿Pero tú crees que en el ánimo de este notas pesa más un niño mozambiqueño que se salva de la malaria -sólo para sufrir otro de los muchos horrores del tercer mundo-, o la magnífica campaña de imagen que se sigue de todo esto?

La fortuna de Bill Gates me parece que está cifrada en más de 5 billones de las antiguas pesetas... no creo que haya cedido 2 billones y medio a nada...
Y, sinceramente, alguien que acumule tan obscena cantidad de dinero no debe de ser buena persona.

Isabelo ha osado. 18 de Octubre 2004 a las 03:24 PM

Y, por cierto, a ver si al final Billy se compra una farmaceutica y pantenta la vacuna... (JOJOJO)

Isabelo ha osado. 18 de Octubre 2004 a las 03:28 PM

Creo que no captas el mensaje principal del texto; si para acumular tal cantidad de pasta el Señor Gates necesitara sacrificar una vez al mes a un nonato a Belcebú, lo haria con mi bendicion si sigue donando la cantidad de pasta que al parecer dona a centros sin animo de lucro como este de Mozambique.

La noticia de la que me hago eco se ha conocido en España porque entrevistan al medico español al cargo del proyecto, y por la revista Lancet (medica). Una busqueda me confirma que ningun medio americano ni agencia internacional han comentado nada sobre ella. Y este era precisamente el momento.

En cuanto a la cantidad concreta, no puedo preccisartela en lo que a la Malaria se refiere (aunque dudo que fuera pequeña, ya que los responsables del invento afirman que no bastaba con las ayudas que daba la Union Europea, apenas un 8%). Lo que si te puedo confirmar es lo de donar la mitad de su fortuna hace poco mas o menos un año.

Que si, que es el diablo. Que tiene cuernos y rabo, y devora almas. Pero es que de toda la vida tampoco me han caido muy bien los Angeles

El Hombre Malo ha osado. 18 de Octubre 2004 a las 08:17 PM
Enfréntate al Hombre Malo por tu cuenta y riesgo