La maldad debe ser algo genético.
¡No! Todo hombre nace igual, libre de maldad, es la sociedad la que lo corrompe me dirán algunos. A lo cual yo no puedo responder nada, salvo hablar de mis propios ancestros.
Mi bisabuela debió ser una mujer encantadora. Mi madre recuerda poco de ella, salvo el pavor que le tenia de cría. Ovetense de buen nombre y dinero, sin pasarse, disfrutó toda su vida del placer que da mirar desde las alturas a sus semejantes. Repartió a su prole por España y en la edad madura hizo lo que toda buena señora hace cuando quiere aumentar su respetabilidad: enviudó.
Desde la libertad que da dicha condición se dedicó a fiscalizar la vida de sus hijas y sobrinos, cuidando de la observancia de unas normas tan arcanas y complicadas que jamás nadie salió bien librado de su examen. Sirva de ejemplo el comentario que hizo cuando conoció a su primer bisnieto (un servidor), que en ese momento tenia solo tres meses:
Tenéis a este niño echo un salvaje malcriado, si se ponen a llorar hay que pellizcarles, para que aprendan a estarse callados
Un sol de mujer.
Y longeva. Cuando yo nací ya tenía 84 años y una salud de hierro. Quien sabe cuantos años habría llegado a cumplir de no ser por su maldad. Porque era muy bicho. Tan dañina que cuando se entero que un sobrino suyo, un imbecil, un desgraciado que no va a tener donde caerse muerto en su vida porque ya sus padres antes que él habían sido dos miserables catetos, ese sobrino, había vendido unos terrenos de monte por muy buen dinero y se había solucionado la vida, le dio una apoplejía.
A esta mujer alguien le ha dado un disgusto muy grande dijo el médico.
Enterarse de que un familiar había cantado bingo con un negocio era un disgusto. Tan fuerte que del mosqueo le dio un telele y se quedó con medio cuerpo paralizado. Que nadie le dé noticias excitantes aconsejó el bien intencionado doctor Podría darle otra apoplejía y esta seria definitiva. Confinada a una silla de ruedas, la venenosa criatura parecía incapaz de hacer daño, pero el tesón y la maldad todo lo pueden, y pronto se hizo llevar de un sitio a otro, señalando, humillando y tocando los cojones como en sus mejores tiempos.
Tuvo que ser digno de ver; un guiñapo contrahecho y arrugado del que salían puñales y ponzoña, que te recordaba lo poco que eras, lo poco que llegarías a ser en tu vida y al que además tenias que empujar de un sitio a otro, alimentar y limpiar. Como un tamagotchi satánico. La cosa duró algo más de un año.
No se sabe quien se lo dijo. No se sabe si fue un descuido, ignorancia o un acto deliberado de agresión. El caso es que a otro miembro de la familia le habían ido bien las cosas. Una herencia o una lotería, algo así. Y alguien se lo contó.
Esta mujer se ha muerto de mala leche concluyó el medico, cuando la segunda apoplejía me privó de conocer mejor a mi bisabuela, y de una oportunidad de aprender de primera mano lo que es el mal.
Yo que te digo yo conoci al mal y no precisamente en mi propia familia, pobre tonta pense que mi familia era un nido de cuaimas, pero despues me di cuenta qe eran solo un punado de novatas en lo que se trataba de maldad!
me toco vivir el mal despues que sali de casa, inexperimentada cai en las manos de un tiburon( sin ofender a los escualos, que solon cazan por alimentarse)y tarde mas de 5 anos en agarrar fuerzas para des-hacerme de esa plaga, la peste el buffon.
Te digo en cuestion de maldad aun no conozco ser mas malvado, ni el sumario de todas las mujeres juntas le van a la par!!
Oye, en una cosa sí que tenía razón. Pero no, no la voy a citar, para que te calientes la cabeza...
Germán ha osado. 2 de Noviembre 2004 a las 11:22 AM"Joer, qué perraca, ¿no?" dijo Irenita mientras se terminaba el café.
Irenita ha osado. 2 de Noviembre 2004 a las 11:26 AMVaya... Cinco anos recuperando fuerzas... eso debe de ser digno de verse.
Somófrates ha osado. 2 de Noviembre 2004 a las 03:20 PMLA VENGANZA NO ES BUENA. LA VENGANZA ES DULCE
EL ODIO HACE INFELIZ A LA PERSONA Y LA SEPARA DE LAS DEMAS
EL ODIO DA UN PODER MUY FUERTE A LA PERSONA