Un juez de Colorado ha condenado a dos adolescentes a pagar 900$ a su vecina por llevarle galletitas.
La noticia tiene guasa. Se ve que dos chicas de Durango, en el estado norteamericano de Colorado, decidieron quedarse en casa una noche de Sábado y hornear galletitas, que luego dejaron en el porche de varias casas vecinas, deseando una Gran noche. Tamaña cursilería fue bien recibida en esos hogares americanos, por supuesto. Pero no en casa de Wanita Renea Young, de 49 años. Mientras todos los vecinos devolvían el plato limpio con una nota de agradecimiento, el de la Señora Young volvió con una demanda civil.
Se ve que al dejar el platito de galletas y tocar la puerta, dispararon un ataque de ansiedad en la Señora Young que la obligo a ir al hospital a la mañana siguiente, temiendo haber sufrido un ataque al corazón. El juez desestimó los cargos presentados por daños y sufrimiento, pero hizo pagar a las chicas los gastos médicos originados por su perversa conducta.
Caben varias preguntas.
¿Qué clase de gilipollas se queda un Sábado por la noche a hornear galletitas para regalar a los vecinos? Porque las dos chicas, de 17 y 18 años cuando ocurrieron los hechos, alegan que se quedaron porque todos sus amigos iban a un baile en el que, temían, habría alcohol y palabrotas.
¿Qué clase de imbecil se coge un soponcio porque llamen a su puerta a las 10.30 de la noche y al abrir se encuentre un platito con galletas y un corazón de papel rosa?
Y no se crean, habría entendido que tras esta muestra de empalagoso buen rollo, algún vecino hubiese cogido la roadblocker y les hubiese descerrajado dos tiros en la cara a las crías, más que nada por motivos estéticos y genéticos, pero ¿Quién en su sano juicio pone una demanda a dos bordelines por regalar galletitas?
¿Qué coño de juez da la razón a una obviamente perturbada Sra.Young? ¿Qué clase de sistema legal recompensa a semejante aberración social, cuya única reacción ante un regalo desinteresado es primero el miedo y luego la venganza por el miedo que tu propia mente enferma ha generado?
Y por ultimo pero no baladí; ¿Qué coño de ansiolíticos dan en los USA que cuestan 900 tracastacas? Porque si la buena señora estaba bien, no tuvo realmente un infarto, la cosa no fue sino un ataque de ansiedad. ¿Bañan las pastillas en oro? ¿Le recetaron un viaje a Cancún? ¿No han descubierto en América la valeriana o la parsiflora?
Admitidlo, esto se merece comentarios...
>¿Qué clase de sistema legal recompensa a semejante aberración....
>El sistema Judicial norteamericano, por supuesto, basado en la responsabilidad civil por daños.
La moraleja de esta historia, está en que muy seguramente las costasd judiciales de la Sra. Young ascendieron a mucho más de esos miseros 900 machacantes.
A menos que hubiese pactado una cuota litis, cosa bastante normal en los E.E.U.U., y que suele cifrarse en un tercio de la indemnización obtenida. Si fuese así quien realmente habría salido perdiendo serí,a el abogado de la Sra. Young, porque me juego el cuello a que su intervención en éste estúpido asunto.
Towsend ha osado. 6 de Febrero 2005 a las 12:50 PMEstamos hablando de una sociedad enferma.
Tratándose de los yankis yo no me espero otra cosa...
O sea, que si alguien estaciona su coctelera en mi estantería durante más de dos semanas puedo demandarle por la ansiedad que me causa...
Germán ha osado. 6 de Febrero 2005 a las 01:09 PM> las dos chicas, de 17 y 18 años cuando ocurrieron los hechos, alegan que se quedaron porque todos sus amigos iban a un baile en el que, temían, habría alcohol y palabrotas
Voto por "a ellas no las invitaron"
Si no fuera porque ya no tengo fe en la Humanidad te demandaría por acabar con ella.
Chache ha osado. 6 de Febrero 2005 a las 01:39 PMTowsend, precisando, a indemnizacion es de 870ypico dolares+35 dolares de costas procesales que tambien tuvieron que pagar las niñas.
El Equipo Medico Habitual ha osado. 6 de Febrero 2005 a las 04:41 PM
Nenas, la próxima vez las envenenáis, y si os tienen que juzgar, que sea por algo...y así de paso unos cuántos yankees más de menos, que nunca viene mal.
Claro, si en vez de alcohol y palabrotas hubiesen sido drogas duras y sexo orgiastico si que hubiesen ido, pero a ellas esas fiestas light...
Si el juez dredd levantase la cabeza...
A un colega, por colocarle la mandíbula (que se le desencaja cuando bosteza... lo juro) le cobraron unos 800$ que a su vez pasó a pagar nuestra tan vilipendiada SS.
A otro colega, por escayolarle un pie por un esguince, le kiskaron unos 1500.
Yummie...
En realidad la señora esa seguramente vive de los sustos que le da el cartero cada semana... Y seguramente ella misma se manda las cartas. Es como un móvil perpetuo de segunda especie en el que el Sistema Postal hace de foco térmico (por si las dudas).
Uh, uh...
EFE ha osado. 7 de Febrero 2005 a las 10:33 PM