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8 de Noviembre 2004

El color del trigo.

Me pidió alguien que me extendiese un poco acerca de como la pelicula "El Coleccionista" influyó en mi vida sentimental. La conexión es algo marciana y hay mucha digestión entre medias, pero siempre he encontrado que en este capítulo de El Principito Saint-Exupéry lo ilustraba mejor que yo y que nadie.


Apareció entonces el zorro;

-Buenos días-saludó el zorro.

-Buenos días-contestó amablemente el principito que al darse vuelta en dirección a la voz no vio a nadie.

-Si me buscas, aquí estoy-aclaró el zorro- debajo del manzano...

-Pero..., quién eres tú?-preguntó el principito- Eres muy hermoso...

-Soy un zorro-dijo el zorro.

-Acércate..., ven a jugar conmigo-propuso el principito- Estoy tan triste!...

-Jugar contigo? No..., no puedo-dijo el zorro- Aún no estoy domesticado.

-Ah! Perdón-se excusó el principito.

Interrogó, luego de meditar un instante:

-Has dicho "domesticar"? Qué significa "domesticar"?

-Tú no eres de aquí-afirmó el zorro- Puedes decirme qué es lo que buscas?

-Busco a los hombres-respondió el principito- Dime, qué significa "domesticar"?

-Los hombres-intentó explicar el zorro- poseen fusiles y cazan. Eso es bien molesto. Crian también gallinas; es su único interés. Tú buscas gallinas, verdad?

-No-dijo el principito- Busco amigos. Qué significa "domesticar"?

-Ah!..., es una cosa muy olvidada-respondió el zorro- Significa "crear lazos".

-Crear lazos?-preguntó el principito.

-Así es-confirmó el zorro- Tú para mí, no eres más que un jovencito semejante a cien mil muchachitos. Además, no te necesito. Tampoco tú a mí. No soy para tí más que un zorro parecido a cien mil zorros. En cambio, si me domesticas..., sentiremos necesidad uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para tí único en el mundo...

-Creo que empiezo a entender-dijo el principito- Hay una flor... Creo que me ha domesticado.

-Es probable-contestó el zorro- En este planeta, en la Tierra, pueden ocurrir todo tipo de cosas...!

-Oh! No es en la Tierra-se apresuró a decir el principito.

El zorro se quedó no menos que intrigado.

-Acaso en otro planeta?

-Sí.

-Puedes decirme si hay cazadores en ese planeta?

-Oh, no! No los hay.

-Me está resultando muy interesante, Hay gallinas?

-No.

-No existe nada que sea perfecto-dijo el zorro suspirando.

Luego prosiguió:

-Mi vida es algo aburrida. Cazo gallinas y los hombres me cazan. Todas las gallinas se parecen como también los hombres se parecen entre sí. Francamente me aburro un poco. Estoy seguro que..., si me domesticas mi vida se verá envuelta por un gran sol. Podré conocer un ruido de pasos que será bien diferente a todos los demás. Los otros pasos, me hacen correr y esconder bajo la tierra. Pero el tuyo sin embargo, me llamará fuera de la madriguera, como una música. Mira! Puedes ver allá a lo lejos los campos de trigo? Yo no como pan, por lo que para mí el trigo es inútil. Los campos de trigo nada me recuerdan. Es triste! Pero tú tienes cabellos de color oro. Cuando me hayas por fin domesticado, el trigo dorado me recordará a ti. Y amaré el sonido del viento en el trigo...

El zorro en silencio, miró por un gran rato al principito.

-Por favor... domestícame!-suplicó.

-Lo haría, pero... no dispongo de mucho tiempo-contestó el principito. Quisiera encontrar amigos y conocer muchas cosas.

-Sabes...? Sólo se conocen las cosas que se domestican-afirmó el zorro. Los hombres carecen ya de tiempo. Compran a los mercaderes cosas ya hechas. Y... como no existen mercaderes de amigos, es muy simple, los hombres ya no tienen amigos. Si realmente deseas un amigo, domestícame!

-Y... qué es lo que debo hacer?-preguntó el principito.

-Debes tener suficiente paciencia-respondió el zorro- En un principio, te sentarás a cierta distancia, algo lejos de mi sobre la hierba. Yo te miraré de reojo y tú no dirás nada. La palabra suele ser fuente de malentendidos. Cada día podrás sentarte un poco más cerca.

Al otro día el principito volvió:

-Lo mejor es venir siempre a la misma hora-dijo el zorro- Si sé que vienes a las cuatro de la tarde, comenzaré a estar feliz desde las tres. A medida que se acerque la hora más feliz me sentiré. A las cuatro estaré agitado e inquieto; comenzaré a descubrir el precio de la felicidad! En cambio, si vienes a distintas horas, no sabré nunca en qué momento preparar mi corazón... Los ritos son necesarios.

-Qué son los ritos?-preguntó el principito.

-Se trata también de algo bastante olvidado-contestó el zorro- Es aquéllo que hace que un día se diferencie de los demás, una hora de las otras horas. Te daré un ejemplo. Entre los cazadores hay un rito. Todos los jueves bailan con las jóvenes del pueblo. Para mí el jueves es un maravilloso día, ya que paseo hasta la viña. Si los cazadores no tuvieran un día fijo para su baile, todos los días serían iguales y yo no tendría vacaciones.

Fue así como el principito domesticó al zorro. Pero al acercarse la hora de la partida:

-Ah!-dijo el zorro- Voy a llorar.

-No es mi culpa-repuso el principito- Tú quisiste que te domesticara, no fue mi intención hacerte daño...

-Sí, yo quise que me domesticaras-dijo el zorro.

-Pero dices que llorarás!

-Sí-confirmó el zorro.

-Ganas algo entonces?-preguntó el principito.

-Gano-aseguró el zorro- por el color del trigo.

El Hombre Malo pisoteó nuestros corazones en 8 de Noviembre 2004 a las 01:29 AM
Comments


En cierta ocasión, ya me recomendaste este fragmento para que tratase de comprender que el sadomasoquismo era algo más que las obviedades de un episodio de CSI que estaba comentando en un foro. He buscado la interpretación que le di al fragmento pensando en ese concepto de sadomasoquismo platónico, precisamente:

"Aparentemente, la conversación entre el zorro-imagino que representa a las mujeres, desgraciadamente ...- y el príncipe- de una masculinidad un tanto dudosa- es una especie de representación del cortejo común, y viene a describir porqué la persona de la que nos enamoramos es especial, supongo. Hasta aquí todo muy bonito, con la rosa que es tu rosa y el zorro que es único en el mundo y todo eso...pero no se acaba aquí la cosa.

Porque resulta que el zorro en cuestión pretende que le domestiquen, suplica que lo hagan cuánto antes, porque si no su vida no tiene sentido...esto viene a sugerir que para conocer el amor hay que pasar por la separación y por el rechazo, aunque primero sean fingidos, y que la felicidad sólo se sabe que lo es cuando se contrasta con el dolor.

Eso es verdad, lo que sinceramente tampoco me parece como para considerarlo sadomasoquismo, a menos que lo que esté pidiendo el zorro realmente es que lo esclavicen porque eso le proporciona un placer que sólo halla en el dolor de saber que lo van a separar del principito, o que un día todo terminará, y ese dolor que antes había sido placer se tornará en amargura, pero dará sentido a su vida. Al parecer es un zorro maruja y por las mañanas ve a Mª Teresa Campos, mientras espera al obseso del principito, que se fue a comprar un top de Agatha Ruiz de la Prada y nunca volvió.

Nada, que era sadomasoquismo platónico como siempre. Que desilusión, muchachos, y encima Tensión Sexual no Resuelta y no se dan ni un pico.

No hay derecho :P"

A veces me doy miedo...si lo hemos de entender según los esquemas de Terence Stamp en ese film, supongo que se trata de forzar esa misma situación sin contar con el consentimiento de nuestro particular Principito.

¿Y qué tiene que ver todo esto con el Hombre Malo?

...

Pues eso se lo dejamos a comentaristas más versadas en el Hombre Malo, porque yo tengo una empanada mental considerable ahora mismo...

Xisca ha osado. 9 de Noviembre 2004 a las 05:16 PM

nada con el agua

jajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajaja


yesenia carcamo carcamo ha osado. 3 de Septiembre 2009 a las 02:13 AM
Enfréntate al Hombre Malo por tu cuenta y riesgo