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22 de Noviembre 2004

Teoria y lúpulo

Pasar tantos años como yo en la universidad tiene consecuencias. Una de ellas es que se llega a comprender el verdadero sentido de la vida. La otra es que se coge mucha experiencia en el tema de las fiestas. Como se lo que os interesa, de lo primero ni hablaré.

Una noche, sentado con un amigo, borrachos los dos, apoyándonos el uno en el otro para evitar perder aun más la verticalidad, la dinámica de conversación erudito-etílica nos llevó a postular una teoría que se puede ampliar, pero nunca rebatir: La Teoría Unificadora Cervezo-holistica. Se pueden deducir muchas cosas de una fiesta solo con saber que cerveza se sirve en ella. Estas son las categorías principales.

- La Fiesta Sin: No, no hablamos de cerveza sin alcohol, pues entonces hablaríamos de la No-Fiesta, también conocida como “reunión Tupperware” o “ven que te enseñe el video de mi boda”. Hablamos de la fiesta en la que, oh sorpresa, no hay cerveza. Con casi total seguridad habrá vino. Es más, cada invitado traerá una o más botellas de vino, independientemente de cuanto beba cada uno. Dolor de tarro mañanero asegurado. Para cuando hayamos rebasado los 15 invitados, la “mesa de las botellas” parecerá un curso de cata. Este tipo de fiestas es muy común entre los Erasmus, que asombrados por lo barato y bueno de nuestros caldos se dedican a probarlos todos, sin orden ni concierto. Tras un año de estudios aquí, muchos no saben ni decir dos frases en castellano, pero se conocen todas las denominaciones de origen.

- La Fiesta Mahou: con ese sabor a medio camino entre humo de tabaco y caramelo requemado, la Mahou es un gusto adquirido. Una nevera repleta de Mahou dice “Ven a mi fiesta, pásatelo bien e integrate”. No esperes refinamientos culinarios; patatas fritas, panchitos y salados variados, a lo sumo acompañados de sándwiches o empanada Caprabo. Antes, este tinglado era perfecto para ver un partido de fútbol con colegas, ahora es más normal ver una playstation enchufada a la tele y a dos mamertos jugando al ProEvolution Soccer mientras la fiesta discurre a su alrededor.

- La Fiesta Cruzcampo. Esta es la fiesta del que no ha ido a una fiesta en su puta vida. Sin experiencia como invitado, será un anfitrión terrible. Como no le gusta la cerveza, compra la que más le suena de la tele o la más barata, si come poco, esperará que con una medianoche de mantequilla y jamón York por persona la gente se dé por servida. A la media hora estará histérico porque alguien ha tirado ceniza al suelo o andan desordenándole la colección de coches de juguete. Su sueño de celebrar el cumple con los compis del cole ha envejecido fatal.

- Fiesta Heineken. Esta la da uno que va sobrado. O le sobra el dinero o le importa poco gastarlo en lo que merece la pena, y si se trata de cerveza, no va a escatimar en nada. Seguramente la música sea cool, el resto del alcohol de importación y para alimentar a sus invitados mezclara lo bueno con lo exótico u original. El nivel de las conversaciones será alto por lo general, y la proporción de féminas también, pero seguramente necesitaras un picahielos para tratar con muchas. Merece la pena, eso si.

- Fiesta Coronita. Es como la fiesta Heineken pero con mayor propensión al desfase. Las mujeres parecen creer que la coronita no llega a cerveza y se queda en la categoría de refresco, con lo que la consumen en cantidades monstruosas, para alegría de la concurrencia masculina. Música tirando a marchosa y bailonga y un dresscode tropical y ya puedes decir que te has montado tu beach-party en pleno Chamberí.

- Fiesta Judas. El que la ha montado quiere que creas que va sobrado, y de pelas lo va, seguro, porque se ha gastado una pasta comprando cervezas belgas y alemanas carísimas. Desgraciadamente, aunque todo dios dice que le encantan, pocos se toman mas de una botella, si llegan. Si el tío es un purista, además servirá quesos y embutidos calientes, con lo que la fiesta se queda en cena y apalanque. Los invitados se derrumbaran sobre sillas y sillones en agradable charla, pero difícilmente se puede considerar a esto una juerga.

- Fiesta Barril. Lo más de lo más. Da igual si es Mahou, San Miguel o Heineken, el anfitrión se ha pillado un barril enterito de cerveza y eso hay que apreciarlo. La impresión de abundancia que produce ver salir litro tras litro del grifo tiene un efecto euforizante que le viene muy bien a la juerga. Idealmente, esto sirve para regar una barbacoa o una fiesta de piscina. El único punto negativo es que a estos anfitriones se les permite todo, por lo que no descartéis cuatro horas de MaxMix9 o Bisbal a todo trapo en lo musical. Si sois capaces de poner buena cara pese a eso, terminaras pasándotelo bien aunque cantes a pleno pulmón “Por el amor de una mujer...”.


Y todo esto viene a que no me explico como alguien a quien llamo amigo es capaz de preparar una fiesta con dos tipos de pastel diferente, humus, buena música y... ¡Litronas!

El Hombre Malo pisoteó nuestros corazones en 22 de Noviembre 2004 a las 12:08 PM
Comments

¿Y la sangria qué, cabrones? ¿Y la sangría qué?
Puta panda de desagradecidos...

Charles M. Towsend ha osado. 22 de Noviembre 2004 a las 01:28 PM

Litronas, sí. San Miguel. Comprabas seis y te hacían un 20% de descuento.
Eso sí, nadie se acuerda de las dos botellas de cacique etiqueta negra que os pimplasteis.
Y había champán, capullo, que no lo probasteis.

Y furcias. Y casino.

Somófrates ha osado. 22 de Noviembre 2004 a las 01:29 PM

1- Lo he consultado, eso no era Sangria, era un mejunge muy popular en Levante cuando de emborrachar rapidamente a un rebaño de guiris se trata. La Agencia Nacional de la Sangria te prohibe que le des tan excelso nombre a ese bebedizo que preparas.

2- Yo el cacique no lo probé, pero me parece que el tema del post es la cerveza. Levantisco estas cuando no trabajas, vive Dios.

El Hombre Malo ha osado. 22 de Noviembre 2004 a las 02:18 PM

Dos tipos de pastel diferente, humus, litronas y... Manolo Escobar, Los Chichos, Las Grecas...
La fiesta moló mil.

Irenita ha osado. 22 de Noviembre 2004 a las 08:15 PM

Puntualizando; una botella era etiqueta roja y la otra negra :P

uh, yo pasaba por aquí y... ha osado. 22 de Noviembre 2004 a las 11:02 PM

Mamón, vuelve a meterte con la Cruzcampo y te rebano el cuello.

Y ni la Heineken ni la Coronita son cervezas.

Aunque yo hubiera montado una Fiesta Grimbergen, claro...

Adrián ha osado. 24 de Noviembre 2004 a las 08:26 PM
Enfréntate al Hombre Malo por tu cuenta y riesgo